El miércoles 28 de agosto, Edgardo Héctor Sánchez recibió un telegrama de despido, de tan sólo dos renglones y medio, en el que le informaron: «Prescindimos de sus servicios a partir del día de la fecha». Ante esta situación, el hombre, con 21 años de trayectoria en la Administración General de Puertos (AGP) buscó, por medio del sindicato, establecer un ámbito de negociación para revertir tal despido, el que calificó de «injustificado».
Mórtola se comunicó con el gremio portuario desde donde le informaron que Sánchez y su mujer padecen distintas patologías. Ante esta situación, el interventor pidió que el trabajador despedido exponga su situación privada, y la de su mujer, con la promesa de reincorporarlo.
Ante tal solicitud, y con una reunión pautada para el lunes 2 de septiembre, Sánchez accedió y contó – en un telegrama de respuesta al de despido – las enfermedades que él y su esposa tienen. Ayer, día pautado para el encuentro de Mórtola con el gremio para definir su situación, lo hicieron ir a trabajar pero hoy le avisaron al sindicato «que vuelve todo para atrás». Si bien no recibió la notificación legal, ya informaron que quedó cesante.
Consultado por este medio sobre los motivos del despido, explicó: «Ellos consideraban que yo estaba hablando con la gente, gremialistas portuarios» y contó que «la semana pasada les tiraron panfletos» en un evento del que participó Mórtola como interventor: «Creo que me habrán pegado pensando que fui yo».
Sánchez tiene 21 años de trayectoria en la AGP, le quedaban sólo cinco para jubilarse y trabaja en la Gerencia Comercial. «Fui despedido injustamente», resumió y aclaró que no fue el único cesanteado sino que se registraron otros dos casos en la empresa Sociedad del Estado.