Uno de los organismo más importantes dentro del Estado no consigue tener interventor. Ya hubo dos que no pudieron asumir por diferentes internas.
Es una de las áreas de mayor importancia económica dentro del Estado argentino; fue motivo de prácticamente una guerra civil en el pasado y ahora es el ring en donde se miden el presidente Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el kirchnerismo duro. Es que en los últimos dos meses el Puerto de Buenos Aires se convirtió en una arena de disputa política entre esos cuatro grupos al punto tal de que el organismo se encuentra sin conducción desde hace dos meses, luego del intento de nombrar a dos interventores.
Cuando en el reparto de poder después de la víctima electoral del Frente de Todos en octubre comenzó a gestarse, Massa se quedó con el Ministerio de Transporte en donde colocó a Mario Meoni como su titular. Después de tres semanas de asumir el cargo, el ex intendente de Junín, decidió que el interventor de Puertos sea Mario Goicoechea. Para firma la paz con el kirchnerismo José Beni, hijo de uno de los socios de Néstor Kirchner, asumió como Gerente General, lo que vendría a ser el número dos del organismo.
Pero Goichochea, aun cuando se reunió con el anterior interventor del Puerto, Gonzalo Mórtola, para encarar la transición de cara a enero, no pasó el filtro final. Problemas con los gremios portuarios, alineados con Omar “Caballo” Suárez, y cercanos al kirchnerismo terminaron por hacer que el massista pase a otra área.
El elegido entonces fue Franco La Porta. Sin el decreto de su designación firmado, le agradeció a Fernández en su cuenta de Twitter e incluso comenzó a caminar la localidad de San Miguel, en donde fue candidato a intendente y perdió en las últimas elecciones, junto al ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.
Sin embargo el Presidente también habría influido en la salida de La Porta. “Fue el quien lo vetó. Porque vio que solamente quería hacer política y no gestión con los primeros actos que tuvo”, explicaron. La disputa de poder entre esos cuatro actores también tuvo su repercusión en la gestión; es que como consecuencia de la falta de autoridades la licitación para las nuevas terminales y para las existentes tuvo que posponerse por lo que el Ministerio de Transporte se encaminaría en las próximas semanas a prorrogar por un año el contrato de concesión vigente.