Cuando faltan 3 días para el vencimiento de los contratos de los concesionarios de terminales de contenedores del Puerto Buenos Aires, el Gobierno confirmó que a partir del 16 de mayo los actuales operadores seguirán trabajando bajo la figura de permisionarios.
La comunicación oficial es la única hasta el momento, lo que neutralizaría versiones que circulan en redes que dan por hecho una prórroga.
Negociaciones
Las negociaciones continúan a diario y en todo momento, encabezadas por el ministro de Transporte, Mario Meoni, y el gerente general de la Administración General de Puertos (AGP), José Beni, con las contrapartes compuestas por ejecutivos de Maersk Line y de los concesionarios actuales. Todo, en un marco de máximo hermetismo.
El contenido de las conversaciones gira en torno a la posibilidad de que la naviera revise su decisión –comunicada oficialmente al mercado– de modificar la terminal que atenderá el servicio Samba para poder proceder a una prórroga integral de los tres concesionarios. Maersk anunció el fin de su contrato con TRP y el inicio de sus operaciones en Terminal 4 con ese servicio.
La decisión de la prórroga –voluntad inicial del Gobierno– depende que las condiciones operativas, comerciales y de empleo se mantengan inalteradas. Tal como indicamos en este espacio, el cambio del servicio Samba amenazaría la sustentabilidad de la prórroga de Terminales Río de la Plata y pondría en riesgo las fuentes de trabajo, según denunciaron los gremios y convalidó el Gobierno.
Excluyente
Para las autoridades, la condición excluyente de la continuidad sin cambios para los concesionarios –por un período de entre 1 y 2 años hasta que se publique oficialmente el nuevo pliego de concesiones–es que la planta de trabajadores no se vea afectada.
Es por este motivo que las negociaciones son complejas: Maersk Line, en tanto naviera internacional, es un actor “tercero no participante” y como tal no configura un interlocutor oficial de la AGP. No obstante, es el peso específico de sus operaciones el que lo convierte en “partícipe necesario” de las negociaciones.
En este contexto, acceder a negociar configura un gesto de buena voluntad hacia el Gobierno porque su operatoria y planificación comercial se rige en un todo por la lógica privada. Pero, de la misma manera, sentarse es un gesto también hacia una empresa “hermana” como lo es APM Terminals, cuya continuidad en el Puerto Buenos Aires también está atada a su decisión.
Las negociaciones no están cerradas. La prórroga no está definida y, al cierre de esta edición, los concesionarios sólo saben que desde el sábado serán permisionarios del Puerto Buenos Aires y que, en caso de no lograrse un acuerdo antes, será la AGP la que decida el giro de los buques.