Roberto Coria, Secretario General del Sindicato de Guincheros y Maquinistas de Grúas Móviles de la República Argentina hizo un repaso en Estado de Alerta de todo lo ocurrido en los últimos días en el puerto de Buenos Aires respecto a los incidentes vividos en la madrugada del domingo, a los que consideró como “lamentables” y que “nos hicieron recordar los peores momentos”.
Los trabajadores portuarios están «casi en un 70% encuadrados en la Federación Marítima Portuaria y de La Industria Naval de La República Argentina y un 30% integran el SUPA, quienes Coria responsabilizó como protagonistas de éste reclamo «violento” con actitudes que según dijo “perjudican los canales de diálogo con un Gobierno que es distinto, que escucha” y terminan siendo “idiotas útiles” que “no están midiendo las consecuencias nefastas que pueden tener sus actitudes”, disparó el guinchero, quien en ese punto lo comparó con la protesta de la policía bonaerense.
La compleja situación generó la necesidad de que participaran el Ministerio de Trabajo, que según Coria “se puso el problema al hombro” y “logró que se llegara a un acuerdo” que implica en su totalidad un 30% en cuatro cuotas: 10% en julio, 5% en octubre, 5% en diciembre, 10% en enero” más un “premio bono de fin de año de 40 mil pesos, un bono de coronavirus dividido en 3 partes que se va a pagar 20 mil en octubre, 15 mil en enero y 5 mil en marzo».
En ese sentido, el integrante de la FEMPINRA opinó que “éstas son las negociaciones que tienen que estar abiertas a los trabajadores” quienes “deben entender el contexto pandémico» y cuya discusión salarial, en una actividad golpeada, tiene que hacerse «con inteligencia y no con violencia”, aseveró.
“Yo no sé qué pasó por la cabeza de éstos muchachos”, insistió Coria, quien reconoció que hace unos meses estaban en riesgo 2000 puestos de trabajo, y que sin embargo, al día de hoy “no hay suspensiones, despidos ni rebajas de salarios”.
Por eso, con la experiencia de muchos años, Coria hizo foco en que “para ser dirigente por lo menos tenés que haber sido delegado, conocer el termómetro”, de lo contrario “se cometen errores de interpretación», o a veces «la soberbia de la juventud» genera ciertas actitudes que «prácticamente rayan lo delictivo”.
Coria lo ejemplificó con el caso de un barco que estaba en el momento del conflicto en Montevideo en duda de poder ingresar a Buenos Aires. A lo que se preguntó: ¿les parece justo tener que pagar mucho más caros esos productos que íbamos a consumir o que se iban a fabricar por el costo de doble movimiento y doble operativa? ¿Simplemente porque un par de muchachos consideraron que había que tomar el puerto?…. “Es muy difícil de explicar” –se respondió-, pero “el portuario y el marítimo lo saben”, finalizó, no sin recordar la necesidad de ser “responsables” y actuar sin “atropellos” porque existen “muchas presiones políticas en el Puerto.